Basta de justificarse

Basta de justificarse

Nota: Este artículo se enmarca en la sección de libre publicación de Pikara, cuyo objetivo, como su nombre indica, es promover la participación de las lectoras y lectores. El colectivo editor de Pikara Magazine no se hace responsable ni del contenido ni de la forma de los artículos publicados en esta sección, que no son editados. Puedes mandar el tuyo a participa@pikaramagazine.com. Rogamos claridad, concisión y buena ortografía.

30/05/2016

Maite

Hace unos días, de fiesta, me enrollé con un chico desconocido después de muchos años sin hacerlo. Me apetecía, era un buen momento y el chico me gustó desde que lo vi. Fue una atracción mutua muy rápida y enseguida nos estábamos enrollando. Me sentí muy a gusto con él, pero a pesar de eso, desde el primer beso supe que no íbamos a follar. Había estado durante muchos años en una relación cerrada, de mucha confianza y complicidad, y la idea de desnudarme con un desconocido, aunque me guste, por ahora me hace sentir más vulnerable e incómoda que otra cosa. En general, fue una buena experiencia, él no fue pesado, ni me intentó llevar a rastras a la cama, pero sí que sentí que tenía que justificar por qué no quería follar. De hecho, se lo dije cuando vi que aquello eran más de dos besos, me preguntó por qué no quería, se lo expliqué, y durante un momento se marchó con sus amigos y pareció dudar de si seguir o no, aunque volvió. Y por fin, cuando volvíamos a casa nos paramos en el sitio donde nos separábamos, nos volvimos a enrollar y él enseguida me dijo “venga, vamos a tu casa”. Le dije que no y me aparté un poco, y su reacción fue marcharse rápido, casi sin despedirse, no sé si frustrado, enfadado o simplemente no queriendo prolongar más la discusión.

Me quedé dándole vueltas a la cabeza y lo comenté con amigas. Una de ellas había estado en una situación parecida unos días antes, se había enrollado con un tío después de muchos años, pero en su caso sí que se habían ido a la cama. Me dijo que lo había pasado bien en general, aunque “estaba un poco harta de tener que andar con negociaciones”, y que, de hecho, la mejor parte había sido antes de irse a casa juntos, porque luego había tenido que estar poniendo límites y no se había sentido tan cómoda. Otra amiga ha tenido rollos de una noche durante varios años y decía lo mismo: que siempre se espera que acabes follando y que si no quieres te ves en la necesidad de justificarte.

suscribete al periodismo feminista

Me identifiqué totalmente con esa sensación. De hecho, yo también me he justificado ya en este texto, diciendo que salgo de una relación larga como si tuviera que explicar por qué no quiero follar con un tío que acabo de conocer. Porque puede haber miles de razones (te gusta el tío pero no tanto, te gusta al empezar pero no te gusta cómo se comporta según avanza la noche, no te gusta meter desconocidos en casa ni irte a casa de gente que no conoces, estás cansada, tienes la vagina irritada, has venido con amigas y no las quieres dejar colgadas… o simplemente no te da la gana), y todas ellas son respetables y privadas, no hay por qué negociarlas con nadie. Este tipo de relaciones de una noche me gustan pero siempre me producen una cierta tensión, porque parece que desde el primer beso firmas un contrato que establece que harás todo lo que a él le apetezca, y cualquier decisión en otra dirección es un incumplimiento del contrato que tienes que justificar. Es curioso lo rápido que pasas de puta a estrecha, porque en cuanto le metes la lengua a uno da por supuesto que es barra libre y que tu labor es complacerle, y en cuanto le dices que no vais a follar, eres una calientapollas que le has incitado para luego dejarle con las ganas. Si por el camino os habéis besado, lamido, mordido, tocado todo lo imaginable, sobado, frotado y unas cuantas cosas más, es justificable si follas, y una provocación si no, independientemente del disfrute de todos esos momentos. El chico con el que me enrollé fue correcto, no me presionó ni me reprochó nada, pero mi sensación cuando se fue de aquella manera era que le estaba dejando colgado e incumpliendo un pacto; vamos, que era mi culpa no satisfacerle, sin importar si él me había satisfecho a mí.

A todas nos parecía bastante evidente que, con excepciones, por supuesto, los chicos en este tipo de relaciones de una noche suelen tener un solo objetivo: meterla. En cambio, muchas de nosotras disfrutamos mucho los pasos intermedios (el tonteo, el baile, los besos, los abrazos, las caricias), lo que conlleva que aunque no acabemos en la cama, podamos sentir un grado de satisfacción muy alto. Nosotras disfrutamos el proceso y ellos en cambio se centran en el resultado. Me parece que estar tan fijado en cómo va a acabar la noche hace que muchas relaciones que podrían ser muy placenteras deriven en situaciones incómodas, discusiones o, en el mejor de los casos, oportunidades de disfrutar perdidas. En mi caso, por ejemplo, desde que nos dimos los primeros besos estaba pensando en cómo decirle que no íbamos a follar, en vez de disfrutar del momento sin pensar en lo que vendría luego. Y al irnos a casa, podríamos haber estado un buen rato besándonos y acariciándonos antes de despedirnos, la noche era preciosa, el lugar era genial, nos entendimos muy bien y se veía que nos atraíamos mucho, pero como él enseguida me insistió en ir a follar y yo no quise, se frustró y se largó. Una experiencia que hasta entonces había sido genial me dejó un sabor de boca algo amargo y me pregunto si tendré que empezar a echar discursitos cada vez que me líe con un chico: decirle desde el primer momento que no nos vamos a acostar y que si lo único que quiere es eso, se busque a otra. Me parece romper el juego, la diversión y la dinámica, y preferiría no hacerlo, pero tampoco quiero irme a mi casa sintiendo, de manera subconsciente y contra mis convicciones, que no cumplo con lo que debo y que tal vez me he comportado mal, y tener que pasarme unas horas del día siguiente convenciéndome de que no follar cuando no quieres follar es no solo correcto, sino necesario, y que no tengo nada que justificar.

Download PDF
master violencia de género universidad de valencia

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

ayuda a Gaza
Download PDF

Título

Ir a Arriba