¿Por qué evitar ciertas emociones si soy feminista?

¿Por qué evitar ciertas emociones si soy feminista?

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20/01/2016

Lic. María José Gonzalez Prado

Esta pregunta me la hice muchas veces, y siempre intento llegar a una/varias respuesta/s, porque una “que me de certezas absolutas” corre riesgo de convertirse a un ideal estetizado/estetizable de lo que (me) significan las relaciones dentro/ desde el feminismo.

¿Por qué tendríamos que evitar (negar) el dolor y la rabia que nos causa el patriarcado cuando proviene de actitudes y comportamientos de personas que a las que les tenemos afecto o hemos de alguna manera idealizado/ identificado, enamorado, familiarizado, amistado, hermanado, elegido? O mejor dicho, ¿por qué “debemos” alternizar determinadas emociones por definirnos o redefinirnos como personal y políticamente feministas?

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La (s) respuesta (s) parece (n) obvia (s), porque sería la gran lucha contra el patriarcado, porque todo eso que nos pasa juntxs podemos superarlo, como guerrerxs contra emociones normalizadas, porque hay que cambiar el chip, porque hay que modernizarse, remodernizarse, postmodernizarse y si eso fuera poco hay que lobotomizarse de patriarcado (y también de dolor, furia, inseguridad, envidia, competencia cuando sea políticamente correcto) y reventar de esa manera a ese Otro al que habría que superar.

No pasa nada, seamos buen rollistxs, libertarixs, banquemos, banquemos, toleremos, no hay dolor, no hay pérdida, no hay decepción, no hay rivalidad, YOU CAN DO IT!!!!!!!!

Pero caray, resulta que no siempre reventamos a ese Otro (a lo sumo revienta dentro nuestro) y en esa lucha contra el Otro, con O mayúscula como lo nombrara ese tal Lacan en sus juegos de ajedrecista, yo observo una tiranía emocional pero esta vez proviene de un/a otrx tan cercanx a nuestra piel y a nuestra cotidianeidad que a veces se nos pasa a la vista y a veces está al lado del ventrículo izquierdo.

Y con esa tiranía no puedo dar en la tecla, no puedo simplemente dejarla pasar, no puedo dejarla de observar sin recelo y no puedo no intentar desmenuzarla y con suerte semi-elaborarla para que se escurra en algo auténtico, digo auténtico para mi subjetividad que es a la única a la que podría arriesgar a desentrañar tan salvajemente.

….Cada quien que mida la suya…

Soy una mujer común, muy común, sin estéticas feministas especializadas, si claro está, y siento determinadas emociones que comparto con otrxs comunxs, de lugares comunes, con subjetividadxs comunes, de barros comunes.

No asumo el “Do It” de superación absoluta y permisividad compañerística, amorística, familística, amiguísticx, hermanísticx!

Asumo sentir, porque las emociones se sienten antes que se piensan o teorizan y quien diga lo contrario que me lo intente contar con el cuerpo.

No digo que no sea importante re-pensarse, re-definirse-re cargarse de herramientas nuevas pero de forma más AUTÉNTICA con nosotrxs y auténtica con nuestrxs otrxs cercanxs, cuidandonxs y cuidando sin que se convierta en un polideportivo de desafíos en nombre de la liberté.

Tarea doblemente difícil para aquéllas que elegimos ubicarnos subjetiva y políticamente como feministas hacia cualquier injusticia que nos atraviesa el mundo patriarcal, porque en esas tareas admirables (y estas tareas sí estoy segura de admirar) también sabemos que no estamos exentxs de asumir un nuevo mandato interno/externo ideal y superador de todas las mugres sentimentales o reproducir violentamente justo lo que intentamos combatir.

Si nos inclinamos por la versión superada sin revisiones podemos pensar, aunque venga en nuevo formato estetizado, en un mandato que en su peor versión emocional a veces nos podría dejar rígidas de emociones, rodeadas de ‘super fiction’ de poderío, de relaciones histriónicas y seductoramente manipulables. Tal vez, y a esto apunto, si le damos una vuelta y la suerte y ese EGO TRIP se nos vuelve a caer (revisión obligada), simplemente nos podamos ubicar en seres comunes para crear y transformar mejores herramientas desde ese lugar.

Y para asumir feminismos y relaciones de elemento TIERRA.

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