¿Dónde están las mujeres (y otros discursos) en los museos?

¿Dónde están las mujeres (y otros discursos) en los museos?

Cuatro de los museos públicos españoles más emblemáticos (Museo del Prado, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo Arqueológico Nacional y Museo del Traje) reforzaron en los últimos cinco años la perspectiva de género de sus fondos, revisan la forma de plantear las exposiciones y promueven proyectos para avanzar hacia una museología más inclusiva y crítica.

26/05/2015
Fotografías del colectivo de lesbianas LSD

Fotografía del colectivo de lesbianas LSD, incluida en el archivo queer del Reina Sofía

La celebración el pasado 18 de mayo del Día Internacional de los Museos debería dar respuesta a esta pregunta para plantear una museología crítica con perspectiva de género que haga hincapié en este y otros discursos de inclusión. En palabras de una de las principales promotoras de la accesibilidad en las instituciones artísticas, la gerente de la Red Museística de Lugo, Encarna Lago, el porqué se encuentra en la forma de entender los museos: “Son un medio de comunicación con credibilidad que transmiten una lectura de la historia y unos valores”.

Marián López Fernández Cao: “Lo revolucionario es que hemos cultivado una manera inclusiva de entender la difusión cultural, no hemos creado un parche para paliar la desigualdad”

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“En realidad, solo pedimos a las instituciones culturales que sean garantes del derecho de igualdad recogido en el Real Decreto 1305/2009”, explica Marián López Fernández Cao, profesora universitaria y coordinadora del convenio marco Estudio de fondos museísticos desde la perspectiva de género y el I+D Museos y Género establecido con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, que sirvió para que cuatro emblemáticos centros artísticos españoles reforzaran y potenciaran la perspectiva de género dentro de sus colecciones.

A través de la revisión de los sistemas de catalogación y los criterios expositivos, y apostando por nuevas interpretaciones de obras expuestas, el Museo del Prado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Arqueológico Nacional y el Museo del Traje elaboraron, por una parte, itinerarios por sus fondos para valorizar la figura de la mujer y de otras masculinidades. La segunda de las medidas fue el planteamiento de guías didácticas en las que se fomentase la discusión sobre cuestiones de igualdad, empleando obras de los centros como mediación; una opción a la que también se sumó el Museo Nacional de Cerámica González Martí. Estos museos apostaron por ser el paradigma de esos medios de comunicación con credibilidad, de manera que sus anhelos educadores salieron de sus propias puertas para ubicarse, de una forma accesible, en la propia web y en un sitio creado específicamente: Museos en femenino.

Esta iniciativa, si bien no es el único ejemplo de una museología crítica con perspectiva de género (en Pikara Magazine hablamos del proyecto Quién da la vuelta a la tortilla), sirve de referente para otras instituciones por tratarse de centros con un gran peso en la Red Nacional de Museos; “sienta un precedente para que más espacios asimilen también estas prácticas” indica López Fernández Cao. “Lo revolucionario es que hemos cultivado una manera inclusiva de entender la difusión cultural, no hemos creado un parche para paliar la desigualdad”, incide.

La perspectiva de género en el Museo del Prado “ha enriquecido la colección, porque cuestiona una visión de cómo se nos cuenta la historia

La fase de estudio se mantuvo desde el año 2009 hasta finales del 2014, momento en el que se presentaron los resultados y líneas de futuro en una jornada que no obtuvo repercusión mediática. El convenio marco y el I+D pudo realizarse gracias al trabajo del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense, la Asociación e-Mujeres, y el equipo de didáctica y de conservación de los propios museos. “Los cuatro participantes acabaron percatándose de que no pretendíamos tergiversar la historia, sino poner en valor el discurso expositivo” según explica la coordinadora del I+D. Actualmente ya hay colecciones permanentes que han sido reformuladas con perspectiva de género, eliminando sesgos fruto de la mala documentación, como puede ser referirse a una mujer en términos de belleza o tomando su maternidad cuando no son cuestiones relevantes en su biografía. “En el fondo, abriendo los ojos a esta perspectiva, y en general, a otras miradas, lo que hemos hecho es poner en práctica que la cultura es para todas las personas”, sintetiza López Fernández Cao. Aunque el convenio marco de estudio de fondos museísticos no se renovó con el cambio de gobierno en 2011, este proyecto sentó unas bases firmes sobre inclusión de discursos de género en la museología.

Reina Sofía mujeres

Museo del Prado: “La igualdad de género es una labor social que debemos ofrecer”

El Museo del Prado, una de las instituciones más conocidas en arte de los siglos XVI a XIX, que recibió 2.536.844 visitantes presenciales en el año pasado (cabe destacar la posibilidad de realizar visitas de manera virtual en su web), ha adquirido la perspectiva de género “como parte de nuestro devenir como museo; ya nadie la pone en duda al analizar una obra”, explica Esther de Frutos, jefa del servicio del Área de Educación. De hecho, plantea que “ha enriquecido la colección, porque cuestiona una visión de cómo se nos cuenta la historia, aunque tampoco podemos trasladar los valores del siglo XXI al siglo XVII”, aclara.

Además de esta revisión de raíz, el Prado ofrece una guía didáctica y dos itinerarios: Las mujeres y el poder y Los trabajos de las mujeres. “El arte no ha favorecido ni a las artistas ni, en ocasiones, a la representación de distintos modelos, por ello procuramos que este punto de vista esté disponible”, explica De Frutos. Esta línea de estudio del arte se verá reforzada próximamente con otro itinerario que se encuentra actualmente en preparación y que dará un giro de 180 grados a las representaciones de mujeres como santas y heroínas.

Preguntada sobre el calado de estos dos recursos, indica que tienen constancia de que muchos colegios descargan el material y solicitan los itinerarios: “Pero no nos gustaría que se hablase de cifras en este caso, en el que lo relevante es dar un servicio y una oportunidad. La igualdad de género es una labor social que debemos ofrecer”, concluye.

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía: “Gracias al pensamiento queer hemos dado una vuelta a la elaboración de archivo y de memoria”

Otra insignia de los centros artísticos es el Reina Sofía, referencia en obras contemporáneas del siglo XX y que en 2014 llegó a acoger a 2.673.745 personas. La “lectura transversal, queer, que no afecta solo a cuestiones de género sino que llama a resaltar otras desigualdades” era algo asumido desde la llegada de un nuevo equipo de dirección en el año 2008, destaca Jesús Carrillo, jefe de Programas Culturales. “Este vector nos permite cruzar intereses, por ejemplo, en la mirada feminista de la colección y en pararnos a reflexionar cómo los artistas del siglo XX respondían a iconografías de la masculinidad”, aclara.

Reina Sofía: “Hemos trabajado en eliminar la configuración del genio artista hombre, y así hemos logramos exponer obras que estaban en el almacén y que antes no tenían cabida”


Precisamente, indica que la revisión de lo masculino fue el primer objeto de análisis: “Hemos trabajado en eliminar la configuración del genio artista hombre, y gracias a esta nueva narración logramos exponer obras que estaban en el almacén y que no tenían cabida en la anterior narración del museo”. Unas obras hechas por mujeres, de las que, reconoce, “nunca se realizan las suficientes exposiciones”. Tras este primer estadio, se elaboró la guía que plantea una reformulación del imaginario femenino y el itinerario que proporciona las claves para realizar una mirada feminista sobre las vanguardias, apoyado por mediadores en la guía de las visitas.

A partir de aquí, una investigación desde las tripas: “Deshicimos todas las lecturas que cosificaban, como la propuesta del Archivo queer, gracias al cual hemos dado una vuelta a la elaboración de archivo y de memoria”, incide Carrillo. Entiende que la labor de didáctica de un museo va más allá de ser un espacio expositivo: “Somos catalizadores de debates y plataforma para que los movimientos sociales acudan”, manifiesta.

Museo Arqueológico Nacional: “El museo tiene piezas, pero podemos elegir qué historia contar con ellas”

El Museo Arqueológico Nacional es la muestra de las ausencias y silencios que la historia del arte -como tantas otras- va dejando en el salto temporal hacia la era contemporánea. Está compuesto por 15.000 vestigios de la vida cotidiana de los pueblos que habitaron España desde la Antigüedad hasta épocas recientes. “El museo tiene piezas, pero podemos elegir qué historia contar con ellas”, señala la técnica del centro Margarita Moreno.

Aunque el MAN colaboraba en iniciativas como Patrimonio en femenino y el Festival Miradas de Mujeres, aquí el I+D pisó fuerte siendo hoja de ruta para el montaje de la sala dedicada a Grecia. “El itinerario creado expresamente incide en conceder la misma importancia a los epígrafes que hacen referencia a hombres que a los de mujeres”. La visión de género no solo marcó el planteamiento de una mirada inclusiva de la historia, también redescubrió piezas tradicionalmente asignadas a hombres: “Pensábamos que una escultura de un enterramiento se correspondía al de un guerrero por las armas que tenía, cuando, al abrir la perspectiva, nos dimos cuenta de que se trataba de una mujer de linaje”, explica Moreno.

Museo del Traje: “Queremos plantear relecturas del cuerpo a través de la moda”

La lectura del cuerpo a través de la moda es la temática que ha elegido el Museo del Traje para desarrollar un itinerario por una selección de sus más de 11.000 bienes culturales del siglo XVI a la actualidad. En un centro en el que el 75% de sus visitantes son mujeres, resulta interesante plantear cuestiones feministas, especialmente porque, al hablar de moda, “resulta fácil incurrir en sexismo”, explica Juan Gutiérrez, conservador encargado de Género, una de las pocas figuras de este tipo en el panorama museístico en España.

Museo del Traje: “Se ha hecho una revisión del discurso expositivo. Asimilar las siluetas voluptuosas como femeninas, establecía una norma no escrita que censura otros cuerpos”

“El primer paso ha sido el lenguaje, que es la forma en la que nos comunicamos”, incide Gutiérrez. “Se ha hecho una revisión del discurso expositivo, a partir del cual se han planteado otras perspectivas como el sexismo”. Cita un ejemplo: “Asimilar las siluetas voluptuosas como femeninas, estableciendo una norma no escrita que censura otros cuerpos”. Además de la cuestión comunicativa, tocaba tratar una de fondo, “porque el mundo de la moda se ha dirigido casi exclusivamente a las mujeres desde el siglo XIX, cuando previamente interesaba también a los hombres por igual. En paralelo, se ha dotado de cierta frivolidad en algunos ámbitos, así que también queremos defender las mismas cotas de trascendencia que otras disciplinas artísticas”, declara Gutiérrez. Explica que por parte de las mentes creadoras más intelectuales, e incluso alguna esteticista, se impulsa esta tendencia: “Una muestra es el caso de la generación de japoneses de los años cuarenta y cincuenta, momento en el que se quería eliminar el sexismo aplicando geometrías a los vestidos, como si fuese una arquitectura que incluso ostenta prótesis y chepas”.

El Museo del Traje también quiere trascender su condición de espacio expositivo y promueve otras iniciativas que potencian la igualdad. Una de ellas es el Club museo a mano, en el que difunden el tejer como una actividad abierta a participantes masculinos. También emplean figuras mainstream del diseño, como Chanel, como “enganche para hilar otros temas relacionados a cuestiones feministas como el trabajo de costura y el diseño o el sexismo en la moda”.

“Tenemos que darnos cuenta, en definitiva, de que la museología no es una ni única, que es la lectura de épocas y de obras puestas en común bajo el foco de la modernidad, y en ese foco entran sesgos machistas que provocan desigualdad”, argumenta Gutiérrez. Ahora que ya tenemos el camino ligeramente marcado, y unas guías para ello, tal vez  podamos contestar a la pregunta ¿dónde están las mujeres en los museos?”.


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