El sano egoísmo en el sexo

El sano egoísmo en el sexo

Mónica Quesada Juan atiende a la inquietud de una lectora acerca de cómo coger las riendas de su propio disfrute

sanoegoismo

Ilustración: Sonia R. Arjonilla

“Hola Mónica. Estoy empezando con una relación y ando algo perdida con dos temas. Por un lado, cuando tenemos penetración y no me estimulo el clítoris, no hay manera de tener un orgasmo… Ya, ya sé que el orgasmo no es imprescindible… ¡Pero tampoco sobra!.. Me encuentro con que me da vergüenza tocármelo, no vaya a ser que piense que no me es suficiente con él. Y otra de las cosas que me preocupan es que no logro relajarme con el sexo oral porque, aunque me encanta, llega un momento en el que le digo que pare porque estoy tardando mucho…, incluso he llegado a fingir para acabar antes. Tengo miedo de desilusionarle. ¿Qué hago para poder disfrutar?, ¿alguna sugerencia? ¡Gracias!” Salud

¡Hola Salud! Es posible que el foco de atención esté desenfocado. Me explico. Por regla general, ¿cuál es el objetivo al mantener relaciones sexuales?, ¿que la otra persona disfrute?, ¿que no se sienta mal?, ¿que no se canse?, ¿que vea que tú disfrutas?, ¿que disfrutéis ambos? A la hora de mantener relaciones sexuales, los objetivos pueden ser muchos, pero el más habitual es obtener placer… este objetivo: ¿está siendo el tuyo? La comunicación entre ambas partes es imprescindible para que el objetivo del sexo se mantenga. Por lo que cuentas, parece que el foco de atención está más encaminado hacia el cuidado de la otra persona, olvidando que, si tú has decidido estar ahí, es para compartir tu disfrute y no así para contentar y no desilusionar a la otra persona. Confía en que la otra persona es autónoma, y si algo no le agrada, te lo dirá.

suscribete al periodismo feminista

La duración de los encuentros lo marca cada pareja, trío o grupo que mantenga las relaciones sexuales

Y, por extensión, la comunicación entre ambas partes es imprescindible para que el objetivo del sexo se mantenga. El continuar con ese cuidado por tu parte con respecto a si se cansa o si no es suficiente, al final limita tu crecimiento sexual así como tu placer. Y recuerda: ¡si estás ahí es para disfrutarlo! Tal vez te interese el artículo ¿Egoísta, yo?, en el que hablábamos de cómo enfocarnos para no desdibujarnos en las relaciones y cómo se puede reenfocar el cuidado como una herramienta que tú eliges libremente y no como una losa impuesta culturalmente. Cuidar puede ser positivo… siempre y cuando no se olvide el autocuidado y la valoración propia.

Con respecto a estimularte el clítoris durante la penetración y haciendo un símil alimenticio (¡otro de los grandes placeres!), imagínate que quedas a comer con alguien por el placer de la comida y la compañía: ¿no comes por el temor a que la otra persona sienta que no te alimenta sólo con sus palabras? Está claro que la comida y la compañía por separado están bien, y no por ello implica que juntándolo sea menor el placer obtenido, sino que tendríamos una tercera combinación, sin más. Llevándolo al tema que nos ocupa, la conversación es la penetración mientras que comer es nuestro deseo de estimularnos. Así, la creencia de que las mujeres tienen que disfrutar y/o tener orgasmos sólo con las destrezas del hombre es un mito limitante para ambos casos. Para ti, como mujer, porque tu disfrute se ve supeditado a otra persona. Para él, como hombre, por la responsabilidad que implica. Y no sólo eso, sino que es limitante para ambas partes por la importancia que se le da a la práctica de la penetración vaginal, pasando a segundo plano el resto. Ahora bien, si tras hablarlo en pareja, es real que él siente que no es suficiente para ti porque tú te estimulas el clítoris o comes mientras él habla, no es responsabilidad tuya, sino suya; y tendrá que trabajárselo él para continuar creciendo sexualmente.

Lo esencial para dejar las puertas abiertas al disfrute es tener la mente en clave erótica

El tema de la duración… ¡qué de quebraderos de cabeza da!, ¿verdad? Para empezar, la duración de los encuentros la marca cada pareja, trío o grupo que mantenga las relaciones sexuales. No hay un tiempo mejor que otro: durar más o menos no es directa ni indirectamente proporcional al placer que se va a obtener. Cada cual se marca y construye sus relaciones. Si partimos de la base de que el tiempo de la otra persona es el ideal, corremos el riesgo de estar con la mente en estar dentro de la “normalidad” más que en lo que voy a disfrutar. Lo esencial para dejar las puertas abiertas al disfrute es tener la mente en clave erótica; es decir, dejar a un lado las preocupaciones y disfrutar del momento, ya sea centrándonos en las sensaciones, fantaseando, pidiendo, o lo que a cada cual mejor le funcione. ¡Y recordar que el orgasmo no viene cuando se le llama, sino donde escucha la fiesta! Céntrate en ti y recuerda que las relaciones sexuales son para que disfruten ambas partes. Y una vez concluida la relación sexual, hablad abiertamente de vuestras preocupaciones para ser realmente artífices de vuestro placer y no dejarlo en manos de las creencias culturales.

Ahora bien, si lo que existe detrás de estos dos temores es un miedo a desilusionar, a que este chico te deje, etc. y, tras hablarlo, confirmas que tus suposiciones son ciertas y no hay intención de cambio, prueba a cambiar el enfoque: ¿realmente quieres compartir tus momentos con alguien que, por estos temas, se sienta desilusionado o te deje? ¿Te merece la pena?

Download PDF
master violencia de género universidad de valencia

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

ayuda a Gaza
Download PDF

Título

Ir a Arriba