Acoso verbal

Acoso verbal

Los machistas se sienten con el derecho de poder escupir cualquier estupidez que se le ocurra a una desconocida por la calle sin importarle si eso le incomoda

24/09/2013

Sofía Domínguez

El otro día estaba paseando por la calle con una amiga cuando nos cruzamos con un señor de unos 57 ó 60 años. No lo sé con certeza, pero juraría que tenía coloretes de haberse bebido más de un vino de estos de después de comer, que tanto les gustan a los hombretones. Yo iba hablando con mi amiga sobre el curro cuando el susodicho se detuvo un segundo para soltar la siguiente perla: “Se te ven las tetas”. Él siguió andando tranquilamente con sus colegas de barra sin esperar que yo me volviera para decirle muy indignada: “Qué coño te importa lo que se me vea a mi”. A lo que él, con dos cojones, respondió: “¡Si lo digo por ti!”. “¡Por mi!, ¿cómo que por mi? ¿De verdad crees que me importa algo lo que tú me digas? Él siguió su camino avergonzado y yo el mío indignada”, respondí.

Tristemente levantas una piedra y aparecen tropecientos machirulos vomitando frases absurdas que creen que nos interesan. Lo peor es que además creen que hasta lo agradecemos, y NO, ¡¡¡nos arrancaríamos los oídos con tal de dejar de escuchar tantas estupideces!!! Hay gente que confunde piropear con el acoso verbal. Piropear está muy bien, es guay y da mucha felicidad. Cuando yo tenía novio me encantaba decirle lo guapo que estaba ese día y también me encantaba escucharlo de su parte, me ponía muy contenta. Pero pasearme por la calle y que una persona absolutamente desconocida para mí me grite algo es distinto. Y digo gritar por poner algo, que también los hay que creen que diciéndote palabras al oído, el peor antro de Madrid se puede convertir en un lugar idílico donde los borrachos vomitan arco iris y el rock más sucio que suena es la perfecta banda sonora para el comienzo de una preciosa historia de amor. Verídico.

suscribete al periodismo feminista

Yo no te conozco , tú no me conoces, ¿qué te hace pensar que algo de lo que me digas puede interesarme? Un momento. Claro que también puede ser que ellos ya sepan que nos da exactamente igual lo que nos digan. Entonces, ¿por qué siguen haciéndolo?¡Ah! ahora viene todo el tema de la mujer objeto… Mucha gente piensa que las feministas mezclan “todo con de todo” pero es que “todo tiene que ver con todo” en una sociedad patriarcal. El machismo está presente en muchas situaciones que nunca llegaríamos a imaginar porque a simple vista no podemos apreciarlo debido a lo normalizo que está.

El acoso verbal es una de estas situaciones en las que el hombre ejerce su poder y el machismo sale a flote. Se siente con el derecho de poder escupir cualquier estupidez que se le ocurra sin importarle si eso le incomoda o molesta a la otra persona. La calle se convierte en una pasarela por la que la mujer objeto desfila para ser observada y para que los machirulos puedan disfrutar de sus hermosos cuerpos. No somos maniquíes en un escaparate, no nos ponemos minifaldas para que nos miren ¡No nos callemos ante el acoso verbal!

Y por último, me pongo minifaldas, shorts o escotes porque me gusta verme con ello, me veo sexy, guapa y de puta madre, no para que tú, persona desconocida, me recuerdes el culo que tengo, me lo veo todos los días y sé que está bien puesto y en su sitio.

Download PDF
master violencia de género universidad de valencia

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

ayuda a Gaza
Download PDF

Título

Ir a Arriba