La undécima princesa. Domestican y sexualizan a Brave

La undécima princesa. Domestican y sexualizan a Brave

Disney ha sometido a la heroína rebelde a un cambio de imagen: cintura más estrecha, hombros al descubierto y suavización de los rasgos, incluida la melena indómita que la caracterizaba


Hace meses escribí sobre la película Brave resaltando las importantes y significativas rupturas que ofrecía este nuevo personaje que “dinamita las convenciones del cine principesco femenino de Disney”. Mérida, la nueva princesa protagonista, una joven inteligente con poder de decisión, se rebelaba ante un destino decidido por su madre que la abocaba a la domesticidad, la sumisión y al matrimonio forzoso.


Compartiendo grupo con las diversas cenicientas, no evoca ya a la joven inteligente, rebelde y autónoma que lucha contra un destino elegido de esposa y princesa dependiente

En el mencionado artículo destacaba las potencialidades de Mérida como un nuevo modelo femenino de identificación que rompía con la línea de princesas de Disney. Uno de los rasgos que permitía esta ruptura era el aspecto de Mérida. La indomable princesa escocesa se rebelaba contra la opresión femenina rasgando su vestido. Toda una metáfora de la liberación del control sobre el cuerpo de las mujeres. Además, su vestido era verde oscuro, y no rosa, montaba a caballo y no en carroza y era una apasionada del arco, características que marcaban de forma clara una nueva representación francamente positiva, que ampliaba el imaginario infantil.

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Pues bien, ahora Disney (que no Pixar) ha cambiado el aspecto de Mérida.  Esta nueva imagen trae consigo cambios sustanciales, como se observa de forma clara en la siguiente imagen que ha propiciado una considerable reacción por parte de diversas personas, como de la propia Brenda Chapman, artífice de la película,   y colectivos. Incluso se ha habilitado una plataforma de firmas para pedir la retirada de la nueva imagen.

Disney ha domesticado a la heroína rebelde y la ha sexualizado. Le ha rebajado la cintura, le ha alargado los ojos, le ha descubierto el hombro, y ha suavizado uno de sus principales rasgos, el pelo, ese pelo pelirrojo indómito.

El cambio no es casual. Buena prueba de ello es que, además de esta estilización y suavización de los rasgos que la diferenciaban, se ha incluido a Mérida en el resto del grupo de princesas Disney.

El modelo de referencia se diluye. Brave es única. Con el resto de princesas ya no fomenta los valores que hemos comentado. Y es que Brave, compartiendo grupo con las diversas cenicientas, no evoca ya a la joven inteligente, rebelde y autónoma que lucha contra un destino elegido de esposa y princesa dependiente y adscrita al espacio doméstico. Nos mira con picardía pero nocon fiereza, hace que fijemos la atención en su cuerpo y no en sus actos.

No obstante, si bien es cierto que las posibilidades se vuelven más limitadas, es necesario creer en la inteligencia del público, infantil y no infantil. Quizá incluso alguna niña o algún niño se plantee qué carajo hace Mérida entre tanta princesas cursi y domesticada.

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