Dispuestas a comerse el mundo

Dispuestas a comerse el mundo

No hay miedos, tabúes ni restricciones que frenen a las viajeras del siglo XXI que -ya sea solas, en pareja o en familia- se atreven a explorar los rincones más recónditos del planeta. Las que nos han contado su experiencia no dudan en aconsejar a toda mujer que quiera viajar que no se deje limitar por los prejuicios inculcados por una sociedad paternalista que, aún con demasiada frecuencia, sigue considerándola 'el sexo débil'.

31/05/2013
Amelia Earhart

Amelia Earhart

Cristina E. Lozano

Hace no mucho tiempo leía un artículo en una web de viajes titulado ‘Historias inspiradoras de mujeres viajeras‘. Hablaba de Nellie Bly, la periodista estadounidense que en 1888 consiguió dar la vuelta al mundo en 72 días; de Amelia Earhart, activista por los derechos de las mujeres y primera pilota en sobre volar el Atlántico; y de Tina Sjögren, primera fémina en conseguir el reto de los tres polos (llegar al Polo Norte, al Polo Sur y subir el Everest), y empecé a preguntarme: ¿qué aventuras estarán viviendo las viajeras de nuestros días?

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Así empecé a investigar para pronto darme cuenta de que querer es poder, y que no hay empresa que se resista a una mujer decidida a llevarla a buen puerto. Encontré historias de muchos tipos, desde mochileras que se han atrevido a recorrer África de cabo a rabo, hasta súper mamás que se han cruzado media Asia con sus peques debajo del brazo. Y pronto llegué a la conclusión de que, en el siglo XXI, cada vez hay más mujeres dispuestas a comerse el mundo, tanto solas o acompañadas.

Gran ejemplo de ello es Itziar Matínez-Pantoja Marcotegui, psicóloga, cocinera y autora junto con Pablo Strubell de ‘Cómo preparar un gran viaje‘. Unas veces en solitario y otras muy bien acompañada, a sus treinta y pocos años esta madrileña puede presumir de haberse recorrido medio globo: “Por donde más he viajado sola ha sido por Europa, aunque también lo he hecho en países americanos como México, Nicaragua o Uruguay. Estas zonas son bastante machistas (aunque en realidad el mundo en general tiende a serlo) y es normal que en muchos sitios no se entienda que las mujeres viajen solas. Pero creo que con tener sentido común y seguir unas mínimas precauciones, son lugares seguros para las viajeras”.

Itziar Marcotegui: “En muchos sitios no se entiende que las mujeres viajen solas”

Curtida en mil batallas y capaz de superar cualquier obstáculo que se cruce en el camino, reconoce que durante su travesía por África junto a su pareja, en muchos lugares perdió su nombre: “Se referían a mí (las pocas veces que lo hacían) como Madame Pablo. También era normal, cuando nos alojábamos con alguna familia, que me pusieran a lavar los platos con el resto de las mujeres, mientras los hombres se iban a descansar”.

Pero esta experiencia no ha hecho que Itziar pierda sus ganas de comerse el mundo. Ella lo tiene muy claro: “Mi recomendación para una mujer que quiere hacer un viaje largo, si de verdad ese es su sueño, es ¡que lo haga! Que no se deje vencer por sus propios temores y por los miedos que muchas veces nos infunden los demás, que se salte esas barreras y que emprenda esta aventura. Un viaje así es siempre una experiencia enriquecedora, se haga en solitario o en compañía”.

La aventura de viajar sola

Sin embargo no hace falta ir al fin del mundo, tener acompañante o dedicarle 24 horas al día a viajar. Silvia Trueba, diseñadora industrial cántabra afincada en Pádova (Italia), sabe bien lo que es moverse sola. A sus 26 años no ha dudado en visitar sin compañía Newquay (en la costa oeste de Reino Unido), Bruselas o Venecia. Pero, ¿por qué sola? “Al principio porque con las amigas no coincidíamos y, luego, porque me gustaba ir sola. De esos viajes lo mejor han sido las experiencias y la satisfacción propia. Además conoces mucha gente, más que yendo acompañada”.

Silvia Trueba./ Cristina E. Lozano

Silvia Trueba./ Cristina E. Lozano

Ella, que también disfruta y mucho de los viajes con compañía, confiesa que le temblaría el pulso a la hora de reservar un solo billete para visitar los países árabes, pero no tienen ninguna duda, recomienda a toda mujer que le apetezca que se lance a la aventura: “No hay que tener miedo, siempre se sale de todo. Será una de las mejores experiencias de su vida”.

De la misma opinión es la fotoperiodista Cristina Fernández, quien hace un par de semanas se animó a realizar su primera incursión en solitario por Lisboa (Portugal): “La experiencia ha sido buenísima y sé que repetiré pronto. ¡Se la recomiendo a todo el mundo! Se aprende muchísimo y se conoce a mucha más gente de otros lugares. Quizás nos lleva a estar más predispuestas a entablar conversaciones con aquellos a los que conocemos, y esto siempre, siempre, enriquece enormemente un viaje”.

Cristina Fernández: “Viajar sola hace estar más predispuesta a entablar conversaciones con personas desconocidas, y eso enriquece mucho”

Cristina, que ha participado en el proyecto Academia Tailandia, no cree que sea peligroso para una mujer dar la vuelta al mundo siempre que sea precavida y tenga cuidado de dónde se mete: “Tomando precauciones no hay nada que temer. Nunca me he sentido insegura al viajar con amigas. Siempre nos hemos sentido muy seguras y respetadas. Incluso caminando por las calles de una ciudad como Bombay de noche o viajando en trenes nocturnos”. Aconsejaría a una mujer que quiera viajar lo mismo que a cualquier persona: “Que se anime a ampliar sus horizontes. Viajar le cambia la vida al que prueba. Descubrir lugares y culturas de lugares remotos del mundo enriquece muchísimo. Y estoy segura de que, una vez que empiecen, no podrán parar”.

Un caso distinto es el de Verónica Martínez, una alicantina enamorada de los viajes que prefiere ir por el mundo acompañada por su familia, sus amigas o su pareja. Con unos o con otros ha paseado ya por ciudades como Pekín, Kuala Lumpur, Dubai, México, Poznan, o Estambul, como podéis leer en Vero4Travel, actualmente uno de los blogs de viajes más interesantes según la Cadena SER. Aunque ella nunca ha viajado sola se siente capaz de hacerlo si surge la oportunidad: “Pienso que sí me atrevería, sería una nueva experiencia por vivir”.

Montse Balagueró: “A un niño le da lo mismo tomarse un bibe en el parque del Retiro que en la Plaza del Zócalo de México D.F.”

Entiende que el peligro puede estar en todos lados y cree que la clave es evitar las zonas de riesgo y tener siempre en cuenta el instinto. A las mujeres que ahora mismo están en sus casas pensando que les gustaría conocer este o el otro lugar pero no se animan a hacerlo solo tiene una cosa que decirles: “Que dejen de pensarlo y se lancen ya al mundo de los viajes. Para mi viajar es algo máximo y aporta muchas sensaciones y experiencias, ¿te las vas a perder?”

La experiencia de Miriam Izaguirre, una cántabra de 23 años que marchó a Perú casi tres meses con una beca universitaria de Cooperación Internacional, es diferente: “No fui consciente de a dónde iba hasta que llegué al país pero ha sido la experiencia más gratificante de mi vida. He conocido culturas, tradiciones y gente increíble”.

Ella, que antes de esta aventura nunca había estado tan lejos de casa, confiesa que volvió fascinada por los nuevos paisajes descubiertos pero, sobre todo, por la amabilidad de la gente, aunque no en todos sitios fue la misma. “Lo peor de la experiencia fue ver las condiciones en las que vivían muchas personas, ya que apenas tenían algo que llevarse a la boca, no podían asearse, etc.”, explica Miriam, quien, a día de hoy, repetiría sin dudarlo su aventura.

Mamás viajeras

Pero viajar no es algo reservado a veinteañeras. ¡Solo faltaba! Montse Balagueró da buena cuenta de ello. Esta catalana afincada en Tenerife es toda una mamá viajera y no duda en lanzarse a la carretera junto a su marido y, por supuesto, su hijo: “Cuando decidí ser madre tenía claro que iba a seguir haciendo mi vida y que la iba a adaptar al peque. Para mi, viajar con mi hijo no se cuestiona, donde va uno vamos los tres”. De hecho Álvaro, que así se llama su niño, es celíaco, con lo cual, además del equipaje, cada vez que sale de casa debe llevar una ‘mochila-despensa’ con su comida, muchas veces para un mes.

Montse Balagueró, Un Mundo para 3

Montse Balagueró, con su familia./ Un Mundo para 3

“Como madre es inevitable tener miedos, sobre todo la primera vez. La palabra miedo hay que borrarla de nuestro diccionario viajero, la sustituiremos por precaución. Por mi experiencia, deciros que los niños son más fuertes y aguantan más de lo que creemos, y que lo más importante es respetar los horarios del niño, tanto los de comidas como los de sueño. Muchas veces se cae en el error de pensar que en vacaciones no se tiene porqué. Eso sí, a un niño le da lo mismo tomarse un bibe en el parque del Retiro que en la Plaza del Zócalo de México D.F.”, explica Monste, quien va reflejando sus vivencias en Un Mundo para 3.

Su primer viaje largo en familia fue como mochileros a Grecia, un país que recorrieron por libre durante 30 días, pero después vinieron muchos más: Argentina, México, Turquía, Marruecos, Tailandia, Vietnam, Malasia, Singapur, Europa… Y estos días prepara la que será su próxima aventura: “110 días por Corea, China, Tailandia, Laos, Camboya y Borneo. Como os podéis imaginar, ya hemos empezado con los preparativos, aunque de momento solo tenemos los billetes de ida y vuelta”.

Mil y una formas de viajar

Gracias a Internet no es difícil acercarse a las historias de muchas más viajeras. Como Alicia Sornosa, primera mujer en dar la vuelta al mundo en moto. O la antropóloga Alice, que se encuentra recorriendo la Tierra en bicicleta con su marido y sus dos hijos. Rachel y Gabor son una italiana y un húngaro que desde hace tiempo se dedican a viajar surfeando por el planeta. La joven española Marta Ruiz lleva en ruta ya más de un año. Y aún quedan en el tintero muchas más aventuras protagonizadas por mujeres, que se pueden descubrir con sólo un par de clicks.

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