¿Vandalismo o violencia machista?

¿Vandalismo o violencia machista?

Las siluetas de estas niñas gigantes se recortaban por Montevideo. Testigo mudo y soporte de la violencia cotidiana que las mujeres sufren en las calles. La campaña 'Mujeres por la ciudad' tiene lugar en distintas ciudades de Latinoamérica para poner a debate el trato que recibimos en el espacio urbano. La capital de Uruguay ha sido la última en sumarse al experimento.

10/05/2013

Marta González y Paula Vilella./ Montevideo

Pisoteadas, pintadas, golpeadas. Algunas incluso arrancadas de cuajo. Después de varios días expuestas a la intemperie en la capital de Uruguay, las diez figuras de madera blanca que imitan la forma icónica de una niña han sido objeto de todo tipo de actitudes por parte de quienes se topaban con ellas. Desde el 15 de abril un cartel advertía: ‘Está formando parte de un experimento’. El resultado: la violencia contra las mujeres está también en la calle.

Firmas de particulares, grafittis, frases, signos de vandalismo callejero. Nada que no podemos encontrar en el mobiliario urbano de cualquier lugar. La diferencia aparece al mirar más de cerca. Mensajes con un marcado sesgo machista han sido una constante en la mayoría de los casos. “Estaba chusmiando en la esquina: típicamente femenino”. No podían faltar penes dibujados, ni las etiquetas de puta o su sinónimo uruguayo (trola).

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“Lo que más nos ha impactado son muchas huellas de zapato, como que les han pegado. Visualmente no genera un gran impacto pero a nosotras nos parece brutal”. Cecilia Lucas no puede disimular su asombro. “Son los tipos de violencia más invisibles. Estamos tan acostumbradas, tan naturalizadas a la violencia que vivimos día a día en la ciudad que ya ni la llamamos violencia… que nos digan cosas, que nos miren de forma agresiva, cruzar la calle para evitar una situación…”, señala la activista, que se encarga de la comunicación de ONU Mujeres en este pequeño país del cono sur.

Provocar y sensibilizar

Lucy Garrido se asoma al otro lado de la pantalla del ordenador desde Bogotá. Es una de las impulsoras del proyecto y su mente creativa. Para ella, la relevancia radica en que no se trata sólo de seguridad ciudadana. “La ciudad es tu casa también, y si en tu casa te revientan, en la ciudad también”.

A su juicio, “lo importante de la campaña es que sirve para provocar”. Así lo muestra la página de Facebook que el movimiento en Uruguay ha puesto en marcha.

Entre los múltiples mensajes de apoyo, existen también voces disonantes. Para algunas personas, el hecho de que las figuras aparezcan pintadas es un acto más de vandalismo callejero que nada tiene que ver con la figura de una mujer. “Intentar diferenciar las violencias según el género ya de por si es violento. Estos muñecos habrían sido destrozados aunque tuvieran forma de nene”, sostenía un comentario.

Sin embargo, la realidad muestra que cuando es una figura de mujer la que se presta, además de ciertos actos de vandalismo y de mensajes personales, los elementos machistas se multiplican.

“¿Montevideo me respeta?”

Desde hace varios días sobre la explanada de la alcaldía de Montevideo se alinean los cuerpos gigantes de estos monigotes. Hace dos semanas, bajo el sol de otoño del hemisferio sur, se presentaron los resultados de la campaña ‘Mujeres por la Ciudad’, un experimento urbano impulsado desde varios ámbitos para visibilizar la violencia cotidiana sobre las aceras de asfalto. Las camisetas repartidas por la organización del evento ponían en cuestión esta reflexión: ¿Montevideo me respeta?

Entre el marasmo de insultos y vejaciones. Algunos mensajes iluminaban los cuerpos: “Libérate, mujer de ti misma”, “No quiero tu piropo, quiero tu respeto”.

Representantes de asociaciones civiles, empresas privadas, instituciones y personas de a pie de diferentes generaciones se reunían ayer para presenciar “el acto de redignificación” de las niñas. Los signos de la violencia desaparecen bajo una capa de pintura blanca antes de ser convertidas bajo las coloridas brochas de distintos artistas.

Felipe Machado mira de lejos el guirigay montado frente al ayuntamiento de la ciudad. “Sinceramente, no lo entiendo. Mirálas. Lo único que provoca es abrazarlas. Yo creía que estaban ahí justo para eso”.

Un experimento a nivel latinoamericano

Montevideo no está sola en esto. Bajo el lema “Habitar espacios seguros que garanticen tus libertades, no es nada más, ni nada menos que tu derecho”, la campaña Mujeres por la ciudad se ha llevado a cabo en seis ciudades latinoamericanas.

Bogotá, Talca, Rosario, Ciudad de Guatemala, San Salvador y Lima fueron ya escenario de esta iniciativa ejecutada por Red Mujer y Hábitat con el apoyo de ONU Mujeres y Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Ciudades como México D.F., Puebla, Tegucigalpa, Medellín se van a sumar también.

El proyecto forma parte del programa ‘Ciudades seguras para las mujeres’ impulsado por ONU mujeres con el objetivo de “ampliar la asistencia técnica a los municipios con el fin de apoyar  y contribuir a la reducción de manifestaciones violentas en las ciudades”.

Uruguay no entró en el programa impulsado desde ONU Mujeres. Fue el colectivo feminista Cotidiano Mujer quien se empeñó en llevarlo a cabo en varias ciudades del país, entre ellas la capital, con el apoyo y la participación de diversas organizaciones gubernamentales, de la sociedad civil, de la cooperación internacional y empresas privadas.

Como expone Cecilia Lucas, “en Uruguay la violencia de género ha sido una de las banderas históricas del movimiento de mujeres pero donde se han gastado muchas más energías desde el movimiento es para evidenciar la violencia de género intrafamiliar. En cambio las violencias institucionales, en la calle, en el trabajo, está ganando ahora nuevo espacio pero no es donde tenemos mayores avances. Nos parecía que en este momento poner que la violencia hacia las mujeres también esta en la calle”.

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