Melilla usa a la mujer-objeto como gancho en Fitur

Melilla usa a la mujer-objeto como gancho en Fitur

Varias chicas, delgadas y altas, en bikini conforman la apuesta turística de "una ciudad moderna"

07/02/2013

Plástico y luces artificiales. Millones de folletos y centenares de bolsas para acumularlos. E incluso maletas, porque ‘tener’ siempre fue un verbo que gusta conjugar. Moqueta. Algo de color en la zona de América Latina. Colas cuando se daba algo gratis, porque acumular ‘por la cara’ siempre ha gustado. Fitur (la Feria Internacional de Turismo de Madrid, que se celebró la semana pasada) ha sido, un año más, un escaparate del turismo mundial. Eso dicen. Un espacio en el que cada región, ciudad, país, comunidad, nacionalidad, empresa o lo que sea ha mostrado sus mejores cartas en esto del turismo y en atraer gente foránea. Eso cuentan.

Después de dos días de trasiego en traje y zapatos (planos), las ofertas turísticas poco llaman la atención. Más bien el deseo de huir es el único que cobra peso en la mente. Hasta que, ¡vualá!, llegas al estand de Melilla. Y no sabes si mirar o huir definitivamente.

Una pantalla gigante que nadie mira, una playa artificial y unas chicas en bikini (el más pequeño del mercadillo para unas jóvenes altas y delgadas, por si acaso alguien pasaba desapercibido) son el reclamo de esta ciudad autónoma para atraer visitas. Así de sencillo. Muchas nuevas tecnologías para hacer reservas, para que todo sea más viral, para multiplicar la comunicación, para compartir… Pero la imagen y el reclamo fue el de mitad del siglo pasado, el del cuerpo de la mujer como objeto, como gancho. De acuerdo, había algún chico, pero menos visible en cantidad y en tiempo de exposición.

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¿Qué queréis transmitir con este estand?, tuve que preguntar, presa de mi curiosidad periodística y de mi indignación mayúscula. “Pues que somos una ciudad moderna. La idea del turismo de playa, que tenemos un agua caliente y limpia. El sol de Melilla, que es un sol africano. Y bueno, luego que Melilla es una ciudad monumental y con una importante arquitectura modernista y art decó”, respondió content, Yolanda Banderas, coordinadora del Patronato de Turismo.

¿Y no te parece un poco sexista usar la imagen de la mujer como atractivo?, intento ir al grano. “¿En serio te parece eso? No era nuestra intención”, contesta sorprendida. “Sí, mucho”, corto. “¡Pero si también hay chicos!”. Insisto: ¿no te has dado cuenta que los que más se paran delante del estand son hombres y, en muchos casos, para hacer fotos? Del estand y con las chicas. “Ése es su problema. El estand ha sido un impacto”, resuelve. Y me invita a tomar algo. Rechazo la oferta, no porque no me gusten las cosas gratis (¡faltaría!), sino porque en febrero me da mucho frío ver a chicas en bikini, aunque las luces artificiales calienten a la más friolera y la moqueta dé un toque de abrigo. Y de rancio.

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