“No puede ser que cada cual luche por su pequeña parcela si el campo es todo nuestro”

“No puede ser que cada cual luche por su pequeña parcela si el campo es todo nuestro”

Entrevista a Laura Bugalho

08/01/2013
Fotógrafa.- Marisol Ramírez

Fotógrafa.- Marisol Ramírez

Laura Bugalho es activista. Activista sin apellidos porque -sólo algunos ejemplos- trabaja para el feminismo, el sindicalismo, el soberanismo gallego, para acabar con el racismo y la xenofobia o favor el colectivo LGTBQ+. Su nombre suena actualmente debido al proceso judicial en el que está inmersa, vinculado a su trabajo a favor de las personas migrantes. Pero a lo que realmente suena Laura Bugalho es a años de lucha, sin descanso y desde todos los campos de batalla, en pro de un mundo algo mejor.

¿Qué respuestas dan los movimientos sociales a la situación de las personas inmigrantes?

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Pocas. En Galiza celebramos la Asamblea Anual de Inmigración y en la manifestación de este año, no estábamos ni 100 personas. Más de 25.000 estaban viendo jugar al Depor. La sociedad vive en cierta inopia y la población inmigrante tampoco participa mucho en el movimiento asociativo.

¿Y el movimiento feminista en particular?

Muchas veces se desperdicia el bagaje que las mujeres traen de sus países, pero hay experiencias muy lindas, como Garaipen.

¿Cómo puede aunarse el movimiento feminista y el antirracista?

Vivimos situaciones que ya se habían probado en un pequeño laboratorio llamado ‘Inmigración’ y, como no hubo una respuesta contundente, ahora se aplican a toda la sociedad, que ha vivido de espaldas a los abusos que ha sufrido la población inmigrante. Deberíamos establecer un nuevo paradigma: ser inmigrante. Ahí podríamos reconocernos todos y todas. Las mujeres somos inmigrantes en el sistema patriarcal; los gays y las lésbicas, en el sistema heteropatriarcal. Más si eres trans lésbica, algo que la gente no entiende. Somos inmigrantes también en el sistema colonizador español o en el sistema capitalista.

“Las mujeres somos inmigrantes en el sistema patriarcal; los gays y las lésbicas, en el sistema heteropatriarcal”

¿Por qué dices que no se entiende que una trans pueda ser lesbiana?

Lo veo cuando voy a la universidad a dar algún seminario. El alumnado desconoce la realidad trans y eso les impide entenderlo. Hacen la pregunta trivial: ¿por qué entonces hiciste tantos cambios físicos? Se sigue pensando en el esquema binomial: hombre y mujer; y en la tradición hetero: hombres con mujeres.

¿Se ha ampliado ya el sujeto político del feminismo?

Ha sido cuestionado y cada vez provoca menos rechazo entender que dentro de ese ‘ser mujer’ hay realidades diferentes.

¿Pero se ha ampliado de verdad o sólo para la diversidad blanca?

En general, el movimiento feminista sigue siendo muy de blancas. En Galiza respiramos mucho feminismo burgués, que también tiene que existir, pero creo que la cuestión de clase es muy importante en el feminismo.

Inmigrantes trans

¿Cuál es la situación de las personas inmigrantes trans en España?

Jodidísima. La mierda de Ley de Identidad de Género del PSOE ha hecho posible que las y los trans estén siempre en una situación de indefensión mayúscula.

¿Cómo es su día a día?

Son significados socialmente como personas no ciudadanas y están abocadas a la exclusión social y laboral.

¿Puedes contarnos algún caso concreto?

Laura, trans argentina. Trabajaba como empleada del hogar, pero cuando consiguió regularizar su situación quisieron hacerle un contrato en la casa en la que estaba empleada. Entonces se dieron cuenta de que era trans y fue despedida. Laura también se reconocía, orgullosa, como prostituta y siguió ejerciendo esa profesión, pero sin poder alcanzar el status de ciudadana con derechos.

¿Cómo es el proceso de regularización administrativa de las personas trans?

Difícil. En los papeles de Extranjería yo siempre les recomendaba que pusieran el nombre con el que se reconocen socialmente, pero Extranjería sólo acepta el que aparece en el pasaporte.

“La convivencia pasa por entender que el concepto de tolerancia es xenófobo. Se tiene que hablar de justicia: es de justicia que las personas inmigrantes estén a la par en los derechos y libertades que aquí tenemos.”

¿Y cómo podrían cambiar después su nombre en el NIE?

A Laura le decían que tenía que ir a Argentina. Ahora podría hacerlo porque Argentina ya reconoce esa posibilidad, con una ley mucho más adecuada a los tiempos que la del Estado español.

¿Y si no hay una ley así en el país de origen?

Es lo que pasa muchas veces, que se ven entonces ninguneados y ninguneadas por las instituciones. Pedro Zerolo (miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE) me decía que el porcentaje de personas así es pequeño, pero muchas personas LGTBQ+ inmigraron a España presumiendo que iban a encontrar unas libertades que en su país no tenían.

¿Cómo pueden evitarse estas situaciones?

Necesitamos un cambio real y no un cambio de estrategia. La convivencia pasa por entender que el concepto de tolerancia es xenófobo. Se tiene que hablar de justicia: es de justicia que las personas inmigrantes estén a la par en los derechos y libertades que aquí tenemos, tienen que coparticipar en pie de igualdad y nunca debemos ejercer de portavoces porque tienen propia voz.

Xenofobia institucional

¿Está institucionalizada la xenofobia?

La legislación es xenófoba, tanto la aplicada por este Gobierno como por todos los anteriores. Sobre todo, la Ley sobre derechos y libertades de los extranjeros. Así se llama. La xenofobia es ejercida por papá estado, que también es patriarcal.

¿Qué papel juega la ciudadanía?

En una situación generada por los falsimedias de “sálvate tú” es necesario socializar las luchas y sumar. No puede ser que cada cual luche por su pequeña parcela si el campo es todo nuestro.

¿Cómo evalúas tantos años de lucha?

Pasos se han dado, pero estamos ante una regresión que mete miedo. Estamos otra vez ante cuestiones que hace muchos años que se conquistaron con mártires. Hay que revisar la historia para ver qué estrategias usaron entonces, pero sabiendo que el hoy es más complicado por todo el control que se ejerce contra los sistemas de comunicación que usamos. Es momento de resistir, autogestionar. Pero en la inmediatez, porque no hay mucho tiempo. La política tabernaria ya me cansa. Salgamos. No es tiempo de seguir ahí. Todo el mundo sabe, todo el mundo es consciente de lo mal que estamos.

¿Qué más tiene que pasar entonces?

El sistema se autorregula para que las cosas que ya pasan no repercutan en la población. El sistema se autoconvence. Nuestros recortes se harán con guillotina, dicen. No sé si habrá una revuelta social, pero vamos en ese camino.

“En este proceso judicial hay un 100% de misoginia y un 120% de transfobia”

Laura Bugalho trabaja asesorando a personas inmigrantes desde 1993 y, desde entonces, ha denunciado a más de 19 mafias que operaban en Galiza. Denunciar a una mafia que vendía tarjetas de residencia falsas y a otra vinculada con el mundo del deporte fue el punto de inflexión. Cuatro inmigrantes denunciaron entonces a Bugalho por facilitarles documentación falsa. La activista gallega es perseguida por la policía, su casa es registrada y ella, detenida y maltratada en dependencias policiales. Está acusada de falsedad documental. El próximo 16 de enero está llamada a declarar. El juicio, al parecer, será en primavera.

Bugalho está recibiendo infinidad de muestras de apoyo. Aquí puedes firmar para exigir que se desestime y archive su causa, pero también puedes rellenar este documento de autoinculpación.

¿Cómo te encuentras de ánimo?

Bien, pero preocupada por el tiempo que está pasando. La justicia es injusta también por lo lenta que es.

¿Cómo enfrentas el juicio?

Pensando en las dos posibilidades que tengo: que no pase nada, que quede ahí o con una sanción económica o que entre en prisión. En ese caso, tendré que respirar, pensar en cómo se puede resistir ahí dentro y reconocerme en la gente que ya está secuestrada en los centros penitenciarios.

¿Cómo has vivido con el acoso policial de los últimos años?

Es un vivir con sombras. Algunas veces las sombras se quieren hacer ver y te molestan, te paran, te identifican. Es un aviso: “Estamos aquí”. La presencia policial es detestable y denunciable. Tenemos que externalizar la violencia policial para que todo el mundo sea consciente porque el conjunto de la población del Estado español no lo es.

¿Cuánto de misoginia y transfobia hay en este proceso judicial?

-100% de misoginia y un 120% de transfobia. Sabían toda mi historia y me decían: “Eras un chico bueno y mira lo que eres ahora”.

¿Cuáles crees que deben ser las estrategias a seguir, desde los movimientos sociales, ahora que el acoso policial y judicial es cada vez mayor?

Externalizar todas las agresiones y violaciones de derechos que se dan en todo el mundo, mostrar mayor resistencia y salir más a la calle. La calle tiene que ser nuestra y no podemos ceder un ápice. Creo en la resistencia, en la autogestión y en el cooperativismo.

Más información sobre el caso

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