¡Este tío no me folla bien!

¡Este tío no me folla bien!

Ania Yoel advierte de la tendencia a convertir a los hombres en responsables del placer femenino y anima a las mujeres a tomar las riendas de su sexualidad

04/05/2012
Bien folladas. Ilustración de Señora Milton

Ilustración de Señora Milton

Ania Yoel

Os comentaba en mi otro artículo para Pikara que le había regalado un juguete a una amiga insatisfecha con sus amantes. Y que a posteriori hablando con una amiga de ella me marqué un monólogo sobre este comentario y sobre mis opiniones acerca del sexo.

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La cuestión es: ¿Por qué dejamos en manos de un desconocido nuestro placer? Eso también es machismo. Nos han enseñado que los hombres son los que follan y por tanto esperamos que ellos se encarguen de todo. Les hacemos responsables del ligoteo, del precalentamiento y de nuestro placer

Mi amiga me comentaba que algunos amantes no sabían ni dónde estaba el clítoris, o no se movían bien, o simplemente no la erotizaban. Me comentaba frustrada que se aburría y que no sabía qué hacer. Hablamos sobre que las relaciones de una noche suelen ser un coñazo a excepción de alguna afortunada. Y sobre que muchos hombres sólo piensan en su polla y van a lo que van: embestida, embestida, toco teta y me corro. Además, el hecho de que sea un desconocido hace que todo sea más raro aún.

En mi opinión, la mayoría no piensa en el placer de la mujer por muchas razones: por vergüenza de no hacerlo bien (a veces prefieren no saberlo y aprovechar que están mojando), porque están demasiado excitados y no se enteran, porque simplemente pasan de complicarse la vida, porque piensan que la chica está disfrutando, porque no saben hacerla disfrutar, también los hay que bastante tienen con pensar en su sexualidad (eyaculadores precoces, los que no terminan, los acomplejados… )… En fin, infinitas razones por las que a ninguna de mis amigas les satisfacen los polvos de una noche.

Desde hace unos años yo me pregunto por qué el placer de las mujeres es responsabilidad del hombre. Evidentemente, el acto es para ambos, y se tienen que implicar. Se dice que las mujeres son más difíciles que los hombres  a la hora de excitarse. Que ellos con una simple fricción y tocar culito pueden tener mucho placer. Sin embargo, esa misma fricción a nosotras nos puede resultar aburrida, incómoda o dolorosa si no estamos suficientemente excitadas.

La cuestión es: ¿Por qué dejamos en manos de un desconocido nuestro placer? ¿Por qué acabamos siguiendo las pautas que le gustan al tío; las mismas pautas que cualquier individuo espera de una tía que se deja meter? Yo creo que esto también es machismo. Nos han enseñado que los hombres son los que follan y por tanto esperamos que ellos se encarguen de todo. Les hacemos responsables del ligoteo, del precalentamiento y de nuestro placer. Nosotras debemos avergonzarnos de estos deseos, pero todo el mundo comprende los del hombre; por eso debe llevar las riendas. Nos enseñan a no ser unas golfas, unas calientapollas, unas ligeritas de faldas… Y yo digo que analicemos esto porque es otra consecuencia del machismo. Si ellos pueden rozar su miembro duro contra nuestra entrepierna en un baile atrevido, ¿por qué nosotras no podemos provocarles con el culo? ¿Cuál es la diferencia entre ellos y nosotras? ¿Que somos mujeres?

Si quieres disfrutar de una noche de lujuria con un desconocido, lleva tú las riendas. Haz lo que te apetezca, vuélvete loca. La libertad sexual consiste en reconocer que las mujeres tenemos unos deseos sexuales reales que no hay nada malo en realizar y disfrutar

Si queremos disfrutar de una noche de lujuria con un desconocido, me permito dejar un consejo para las mujeres que estén hartas de estos polvos frustrados: lleva tú las riendas. Haz lo que te apetezca, vuélvete loca. Muchas mujeres se consideran liberadas sexualmente porque se acuestan con bastantes tíos. Sin embargo, se acuestan con tíos que aceptan esos roles y no con chicos a los que tienen que seducir. Ellas actúan de acuerdo con lo que el mundo espera de ellas. Se abren de patas esperando que un polvo mágico que las haga gozar. Muchas noches se quedan confusas mirando a la nada.

La libertad sexual consiste para mí en reconocer que las mujeres tenemos unos deseos sexuales reales que, en contra de lo que nos han enseñado, no hay nada malo en realizar y disfrutar. Es decir, que si te parece excitante que muchos hombres te deseen, puedes pegarte un baile sexy en el pódium de un bar, y cuando hayas captado todas las miradas que te interesan, bajarte a tantear a los tíos que te gusten, entrar al que parezca dispuesto. La libertad es llevar a un tío a casa y no dejarle que haga lo que le venga en gana, guiarle tú en todo lo que tiene que hacer. Valorar nuestra sexualidad es estar con un amante, pedirle que se siente y empezar a enseñarle un pecho, y a contarle cosas que te gustan sobre tu cuerpo, o que te excitan, sin permitirle echarse encima de ti, si no te apetece. Divertirte con el sexo es llevar puesto un vibrador el día que sales con tu amante y hacerle notar esa noche que llevas algo que vibra, sin explicarle nada e ignorando sus miradas de “¡ ¿Qué es eso?!”… En fin, os animo a dar ideas divertidas, porque esto va según los gustos.

Creo que es hora de dejar de actuar como simples muñecas. No dejar jamás la responsabilidad de nuestro placer a otra persona. Seguro que muchos chicos agradecen también que por fin les quiten esta pesada carga y ver realmente lo que es una mujer libre.

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