El estigma de las mujeres etíopes

El estigma de las mujeres etíopes

Alicia Mora nos traerá crónicas de sus viajes a diferentes países dentro del proyecto freelance Lápices para la paz. En esta primera crónica nos habla del estigma que sufren las mujeres etíopes con fístula obstétrica; un mal que en Europa se erradicó en el siglo XIX.

Texto: Alicia Mora
18/11/2010

Mujer afectada por fístula

Una mujer afectada muestra en un dibujo cómo es la fístula/ Alicia Mora

¿Es posible concebir la violencia de género desde el primer momento del nacimiento? ¿Cómo es posible que a un bebé por el hecho de nacer niña se le proporcione una alimentación más precaria que a un bebé nacido niño? Esto pasa en Etiopía, donde siempre se dice que la vida para la mujer consiste en un mero ejercicio de supervivencia.

Estoy en un país donde cada día mueren 350 personas infectadas por el VIH y casi más de 370 lo contraen. Además se encuentra en el puesto 169 de 177 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), según la ONU.

Mis pasos me llevan a conocer la casa de acogida de las mujeres estigmatizadas a causa de la fístula obstétrica, en Addis Abeba. Un gravísimo problema que se traduce claramente en una constante violencia de género que padecen muchas mujeres etíopes.

suscribete al periodismo feminista

Cuando me encamino a Trampled Rose (Rosas Pisoteadas), aún perdura en mi memoria la tremenda historia de Wobete. Tenía tan sólo 13 años cuando quedó embarazada. Se había casado a los 11 años, poco antes de su primera menstruación, y su cuerpo pequeño y poco desarrollado no estaba listo para las exigencias del parto. El niño nació muerto, después de cinco agotadores días de parto en su hogar. Como resultado del arduo y prolongado parto, Wobete sufrió desgarros que la dejaron dañada.

Tenía un orificio o fístula entre la vejiga de la orina y la vagina y otro entre la vagina y el recto, por lo que no podía controlar sus funciones excretoras normales y las heces y la orina le resbalaban continuamente por las piernas. Su marido la rechazó sin contemplaciones y la envió de vuelta a la casa de su familia.

Niña acogida en Tampled of Rose

Niña acogida en Tampled of Rose/ Alicia Mora

La madre de Wobete la llevó a la clínica de salud del gobierno, en la ciudad principal de la provincia, Bahir Dar. Las enfermeras le dijeron que no podían tratar a la niña y le aconsejaron llevarla a Addis Ababa, la capital del país, lo más rápidamente posible. Si  continuaba sin tratamiento, podía morir por infección o por deficiencia renal. La familia vendió una vaca para pagar el viaje de tres días y llegó con Wobete a las puertas del Hospital de Fístulas de Addis Ababa sin un céntimo.

La entrada del centro de Trampled Rose es limpia, acogedora, tranquila. En el patio se ven trapos recién lavados tendidos en las cuerdas. Sabemos de qué se trata. Son las múltiples telas reutilizadas como compresas que usan la treintena de mujeres que está acogidas en esta casa. Son textiles muy ásperos y no muy bien adecuados, pero es lo único que tienen porque las compresas son un artículo de lujo.

Observo que muchas de ellas son niñas transformadas prematuramente en mujeres, casi sin darse cuenta, que han padecido una exclusión social terrible por un estigma injusto, violento y cruel. Un drama físico y psicológico desencadenado por un postparto, cuando sobreviven al parto, porque muchas fallecen antes. A menudo son abandonadas no sólo porque huelen mal, sino porque se cree que esta dolencia es una maldición.

El estigma de ser mujer en Etiopía se traduce en las fístulas obstétricas y en sus consecuencias. Estas fístulas son especialmente comunes en el África subsahariana, donde la población tiene dificultad para acceder a una atención sanitaria de calidad. Una de cada diez mujeres africanas las padece después de dar a luz. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al menos 8.000 mujeres etíopes tienen nuevas fístulas cada año. Alrededor de más de 25 millones las mujeres están afectadas en el continente africano, aunque es un mal que en Europa y en América se erradicó en el siglo XIX.

Nos reciben mujeres con una perenne sonrisa. Nos enseñan sus actividades: aprender a leer, escribir, contar. Algunas van a cursos de peluquería y de costura. Realizan unos originales collares con papel enrollado de muchos colores para venderlos posteriormente.

Rebekah Kiser es una mujer norteamericana increíblemente activa y emprendedora. Durante un viaje turístico a Etiopía, descubrió la realidad a la que se enfrentan las mujeres que sufren de fístula obstétrica. Conmovida por su situación y decidida a ayudarlas, Kiser creó este refugio que hoy acoge y atiende a cientos de mujeres mientras esperan a ser admitidas en el hospital de Addis Ababa para ser operadas.

El programa de Rebekah Kiser consta de dos fases. La primera consiste en alojamiento y comida para las que están esperando la intervención quirúrgica, con alfabetización y aprendizaje de un oficio incluido. La segunda fase dura un año y está dirigida a las mujeres cuyas lesiones no son operables. En ella se pretende cambiar su idea de que no son nada.

Todas las mujeres se reúnen en el salón para escuchar una pequeña charla en la que les explican visualmente mediante un póster qué les pasa y por qué. El objetivo principal es proporcionarles habilidades para que recuperen el dominio sobre sí mismas, su dignidad mediante la información y desestigmatizar lo que les pasa en sus cuerpos y en sus almas.

La charla transcurre bajo la atenta mirada de las mujeres. Algunas ríen avergonzadas al ver un clítoris dibujado en la pizarra. Muchas de ellas no conocen ni su sexualidad ni sus propios cuerpos. Han estado a merced del hombre, bajo su dominio y su voluntad y esta lacra es una consecuencia de ello.

Y aquí, en esta casa-hogar, veo en la mirada de estas mujeres que han sufrido tanto en constante silencio que la rehabilitación es lenta pero alcanzable. A muchas de ellas la fístula les acompañará durante toda su vida, pero no estarán nunca solas ni proscritas ante la sociedad, ante sus familias e incluso ante las autoridades etíopes. Por fin serán dueñas de sus propios destinos.

Download PDF
master violencia de género universidad de valencia

Artículos relacionados

Últimas publicaciones

ayuda a Gaza
Download PDF

Título

Ir a Arriba